Nicaragua es, en extensión, un país pequeño: apenas 130.000 Km2, a los que además hay que restar las enormes superficies lacustres, entre las que destacan nuestros lagos Cocibolca (más de 8.600 Km2) y Xolotlán (poco más de 1.000 km2). Siendo un país tan pequeño, nuestro historial de catástrofes naturales es sin embargo tremendo. Huracanes, terremotos, tsunamis y erupciones han pasado por Nicaragua dejando destrucción, pérdidas y tristeza.